José Agustín y los escritores de la Narvarte
En el número 15 de la calle Palenque se alza un edificio más o menos nuevo, pálido, sin chiste, como las otras construcciones a su alrededor. En ese mismo predio, hace unos diez o quince años, había una casa de un nivel y amplio jardín, hogar del escritor mexicano José Agustín (1944).
La especulación inmobiliaria le quitó a la ciudad un sitio de peregrinaje obligado para los seguidores de uno de los autores vivos más celebrados, leído tanto por adolescentes como por adultos en plenitud (uno de tantos eufemismos de lo políticamente correcto).
Ojalá que la delegación Benito Juárez coloque una placa que indique que en ese lugar, un muchacho nacido en Acapulco, Guerrero, escribió una novela breve titulada La tumba (1964), cuando sólo tenía veinte años de edad, y que tan buena impresión causó en su maestro Juan José Arreola, que este no dudó en proponerla a Joaquín Díez-Canedo, editor de Joaquín Mortiz, para su publicación.
Después, ya con una beca del desaparecido Centro Mexicano de Escritores, José Agustín escribió De perfil (1966), otro de esos libros indispensables, de los llamados pomposamente “iniciáticos”, capaces de modificar el sentido de la vida de aquellos que se animan a leerlos.
Otro escritor de la Narvarte fue Parménides García Saldaña, otro miembro de la generación que quedó englobada bajo el nombre de “literatura de la onda”. Difusa como su vida, la dirección donde vivió el autor de Pasto verde (1968) se debate entre dos direcciones: según el propio José Agustín, en la esquina de Xochicalco y Eje 5 sur; según Arturo G. Aldama (a quien se lo contó el actor Arsenio Campos, amigo de Parménides), vivió en la calle de Tajín.
En ambos casos, ahora esos predios están ocupados por “modernos” edificios de departamentos. Desde luego que por las calles de Narvarte, una de las colonias más grandes de la CDMX, no sólo han pasado escritores: el cineasta Alejandro González Iñárritu, Alex Lora, líder del Tri, hasta el ex presidente Carlos Salinas de Gortari, quien vivió en Palenque 425, casa que aún sobrevive.