Cruce de caminos: El reencuentro entre Pablo Salas y Eduardo Salgado acompañado de Hilo Negro
El pasado 15 de noviembre, Hilo Negro participó en una experiencia única en el restaurante Amaranta. La vinícola mexicana se une al takeover “Cruce de Caminos,” donde los chefs Pablo Salas y Eduardo Salgado colaborarán en una cena especial que celebra no solo una amistad y un reencuentro, sino también la perfecta combinación entre platos y vinos de alta gama. Esta cena de cinco tiempos, diseñada para acompañarse con los vinos selectos de Hilo Negro, permitirá a los asistentes descubrir cómo cada etiqueta realza y complementa los sabores únicos de la cocina mexicana de ambos chefs.
Desde el primer bocado, Hilo Negro invita a los comensales a sumergirse en una sinfonía de maridajes cuidadosamente elegidos para cada platillo, empezando por el primer tiempo de ostiones con granita de melón y polvo de pasilla, un plato donde la frescura y textura de los ostiones se entrelazan con el sabor sutil y elegante del Vino Blanco Invisible de Hilo Negro. Este vino, con notas refrescantes y una acidez balanceada, resalta el toque afrutado del melón y el ligero picor del pasilla, creando una armonía perfecta para dar inicio a la experiencia.
En el segundo tiempo, el taco vegano placero con chicharrón de tapioca es acompañado por el Vino Blanco Invisible Reforzado, otra joya de Hilo Negro que realza los matices del taco, aportando complejidad al chicharrón de tapioca y al mismo tiempo manteniendo una frescura que limpia el paladar. Es un maridaje que muestra cómo la sutileza del vino puede elevar sabores inesperados y audaces en la cocina vegana.
El tercer tiempo introduce una delicada crema de mejillones con mil hojas de papa y costra de paté de mejillones, maridada con el Vino Rosado Tricot de Hilo Negro. Con un perfil suave y frutal, este rosado aporta un contraste encantador a los sabores marinos y la textura cremosa del plato, ofreciendo un balance que envuelve y suaviza cada bocado, mientras el vino mantiene su carácter refrescante en cada sorbo.
Para el cuarto tiempo, los chefs presentan un majestuoso risotto de pato con terrina de pato confitado, cacahuates garapiñados y salsa bordalesa, una preparación rica y sofisticada que pide un vino de igual profundidad. El Vino Tinto Alta Costura de Hilo Negro cumple con creces, ofreciendo notas de frutos oscuros y especias que complementan la untuosidad del risotto y el perfil intenso del pato. Este tinto añade una capa extra de complejidad, elevando cada elemento del plato y ofreciendo una experiencia memorable.
En el quinto tiempo, la cocina mexicana y los sabores intensos vuelven a brillar con un New York acompañado de puré de calabaza, mole negro y espárragos. Para quienes prefieren una opción vegana, el chef ha preparado un camote rostizado con los mismos acompañamientos. Ambas versiones encuentran su pareja ideal en el Vino Tinto Tiara de Hilo Negro, un tinto robusto que se complementa con las notas ahumadas y terrosas del mole, resaltando cada matiz de los ingredientes y permitiendo un cierre fuerte y equilibrado para el menú salado.
Antes del postre, un granizado de ponche refresca el paladar, preparando a los comensales para el último acto: un panqué de plátano servido con el Vino Tinto Nido de Abeja de Hilo Negro. Este vino, con sus notas de frutas maduras y especias dulces, envuelve al postre en un abrazo cálido, añadiendo una dimensión melosa que cierra la cena con un toque dulce y memorable.
La velada “Cruce de Caminos” celebra la magia de los vinos de Hilo Negro, que en cada tiempo encuentran el equilibrio perfecto para destacar y exaltar cada creación de Pablo y Eduardo.