Editorial: Peña y el burro
Podría matar un burro a pellizcos
Enrique Peña Nieto
“Profe, ‘tá viendo y no ve”, me decía un alumno hace muchos años.
Y la frase se le puede aplicar al presidente de México, Enrique Peña Nieto.
Quique, ‘tás viendo y no ves que eres el hazmerreír de las redes sociales, que tus simpáticos videos se comparten con burla, que la actividad en tus perfiles de Twitter y Facebook está llena de insultos, mofas y sarcasmos como “Mi amado líder”, que el 76% de los mexicanos desaprueba tu gestión (según la última encuesta de Mitofsky) y, a pesar de todo eso, siques queriendo hacerte el chistoso.
Porque algo ha quedado claro en este sexenio que está en su recta final: no eres bueno para improvisar. OK, tampoco eres bueno para leer tus discursos ni para explicar tus políticas. De hecho, casi el 80% del país piensa que no eres bueno para gobernar.
Pero ahí vas. Parece no importarte y le juegas al comediante (voluntario o involuntario) y, la mera verdad, no te sale.
“… no es casualidad porque tienen ustedes un gobernador tenaz, como decía Roberto, perseverante, pero verdaderamente insistente. Podría matar un burro a pellizcos porque es así de tenaz”, dijo muy sonriente en referencia al gober de Campeche, Alejandro Moreno.
Peña Nieto acudió a ese estado el pasado martes a inaugurar el Mega Drenaje Pluvial y durante su discurso lanzó el chistorete ante los consabidos aplausos y risas forzadas de los asistentes.
“Y yo, como no espero que me pellizque de más, pues, con alguna facilidad y siempre apelando a la viabilidad financiera que tiene el gobierno de la República, le hemos venido apoyando y lo seguiremos haciendo, gobernador”.
A ver, volvamos a leer y concluyamos: el gobernador de Campeche es capaz de matar un burro a pellizcos y el presidente de México no espera a que lo pellizque de más hasta matarlo. Ergo, el señor presidente se llama a sí mismo “burro”.
“Así no se pinshis puede”, han de decir sus bien pagados asesores. ¿Cómo cuidar la imagen del mandatario si él solito escupe pa’rriba, si él solito se da un balazo en el zapato?
Diría el filósofo tabasqueño Francisco José Hernández Mandujano, mejor conocido como Chico Che: “¿qué culpa tiene la estaca si el sapo salta y se ensarta?”
Quique, ‘tás viendo y no ves.
ISMAEL FRAUSTO
DIRECTOR EDITORIAL