¿Quién es el influyente?
¿Sabe usted quién es la persona más influyente de México?
¿Enrique Peña Nieto, Carlos Slim, Andrés Manuel López Obrador?
Se equivoca.
Es un jovencito de escasos 21 años llamado Mario Bautista.
Hace una década ser influyente significaba en el imaginario popular tener la capacidad para hacer prácticamente lo que se quisiera, con total impunidad y bajo el amparo de las autoridades.
Hoy la influencia se percibe de otra forma. Hoy es la capacidad de incidir en la vida de los seguidores de los –justamente- llamados influencers.
¿Sabe usted cuántos seguidores tiene el presidente de México en Twitter? 6.26 millones; ¿el hombre más rico de México? 286 mil; ¿el eterno candidato a la presidencia y líder de Morena? 2.41 millones.
¿Sabe usted cuántos seguidores tiene el cantante estrella de las redes sociales? ¡13 millones!
¿Sabes usted qué se puede hacer con esa cantidad de seguidores? ¡Muchísimo! para bien o para mal.
Bautista lo sabe y usa su influencia para aconsejar a sus fans, para apapacharlas, para darles palabras de aliento.
¿Alguna vez se ha paseado por las redes sociales de los políticos o personajes importantes de la vida social? Hágalo y descubra cómo pocos creen en sus mensajes, pocos creen en ellos, muchos los odian y se los dicen, bueno se los escriben.
Dese una vuelta por las redes sociales de Mario Bautista y no encontrará ese odio.
Vivimos quejándonos de los millennials, pero no nos queremos dar cuenta de que el mundo ya es de ellos y de que alguien tiene qué cambiar para no extinguirse como los dinosaurios.
Y, le aseguro, no serán estos jovencitos quienes cambien.