La icónica y terrorífica Curva Peraltada
Emblema del circuito del Autódromo Hermanos Rodríguez. Escenario de algunos de los episodios más recordados de la historia del Gran Premio de México. La curva Peraltada es histórica, pero también trágicamente célebre para el deporte motor.
“Es famosa porque su construcción la hizo singular en su tiempo de construcción, pero también por la trágica muerte de Ricardo Rodríguez y el accidente de Ayrton Senna. Terroríficamente famosa” relata Carlos Jalife, biógrafo y presidente de la Scuderia Hermanos Rodríguez, .
La historia relata que la Peraltada fue incluida en el diseñado en 1955 por el ingeniero Óscar Fernández Gómez gracias a una petición expresa de los Hermanos Rodríguez y debido a que con ella sería posible también la opción de correr un óvalo al estilo NASCAR.
“El diseño tomó mucho del circuito de Monza, en donde existe la famosa Parabólica. Ante la aprobación de varios personajes, como los Hermanos Rodríguez y el propio ingeniero Fernández Gómez, fue que quedó incluida en la construcción realizada en 1959”, comenta Jalife.
Sin embargo, el desafío que representaba el peralte de la curva mexicana propició que ya en varias ocasiones se realizaran modificaciones.
LA MUERTE DE RICARDO RODRIGUEZ
La trágica fama de la cura Peraltada comenzó a escribirse el 1 de noviembre de 1962, cuando el piloto mexicano Ricardo Rodríguez, figura histórica del deporte motor de nuestro país, se mató en un accidente durante las prácticas del Gran Premio de México.
“Ricardo iba a más de 150 kilómetros por hora cuando falló la suspensión del Lotus que manejaba. Murió de forma instantánea. Debido a la fama de Ricardo, desde entonces ganó la mala fama la Peraltada”, comenta Jalife.
Otro de los capítulos vividos en la Peraltada se dio el 15 de junio de 1991, cuando el mítico piloto brasileño Ayrton Senna perdió el control de su monoplaza, un McLaren, y del que salió con una lesión en la cabeza.
La molestia de Senna fue tal, que lideró una petición de varios pilotos para reducir el grado de inclinación, el cual a partir de 1992 quedó en tres grados.
“No es un curva sencilla. Hay que tener pantalones, pero también talento. De no ser un buen piloto, puedes salir volando hasta el Palacio de los Deportes”, resalta Jalife.
Un ejemplo de esto lo fue el también afamado rebase de Nigel Mansell a Gerhard Berger en el Gran Premio de 1990, precisamente en la Peraltada. “fue una maniobra que en la actualidad es considerada una de las mejores de la historia”, agrega Jalife.