Vivir el sismo en la Latino
Vivir un terremoto en la Ciudad de México es una de las experiencias más traumáticas que puede vivir una persona y hoy lo podemos atestiguar millones de capitalinos que continuamos de luto, pero vivirlo en el piso 20 de la Torre Latinoamericana es una historia que solo sus protagonistas pueden contar.
El 19 de septiembre del 2017, a las 13:14 horas, Radeeal.FM transmitía su programación como todos los días desde el vigésimo piso del famoso rascacielos cuando 40 segundos después el edificio comenzó a bambolearse de manera alarmante.
Sin posibilidades de evacuar el inmueble, el equipo de la radiodifusora tomó una decisión inmediata: transmitir en vivo, vía Facebook Live, el terremoto y narrar lo que veían aunque apenas podían mantenerse de pie por el movimiento extremo de la famosa torre.
“No se puede hacer mucho estando en el piso 20 y pensamos: si no podemos bajar, mejor vamos a dejar un legado de qué fue lo que pasó con todos nosotros”, confiesa Erika Zuno, Directora Operativa de Radeeal.FM.
Estas son las narraciones de Erika y Alfredo, tal como lo vivieron:
‘BENDITA MI TORRE CÓMO NOS PROTEGIÓ’: ERIKA ZUNO
Yo estaba en la oficina y Fredy (Santiago) empezó a escuchar como un aleteo. Me dijo “oye, ¿qué se está moviendo”, y le respondí “no sé, ha de ser un papelito” y después de eso él fue el que soltó: “¡está temblando!”.
Nos paramos de los sillones y él empezó a grabar. Me salgo de la oficina rumbo a la cabina y Alfredo (Barrales Cruz) ya estaba grabando. Él estaba con una chica que no puede caminar, que solo trae su scooter, entonces yo también decidí grabar. Me regresé a la oficina por mi teléfono pero el movimiento ya estaba bastante fuerte, se había caído el dispensador y el garrafón del agua, todo estaba mojado…
El temblor me rebotó de un lado al otro, me caí, me levanté y me volvió a tirar y ahí fue cuando empecé a sentir miedo: ¡porque no me dejaba levantar el temblor!
Cuando me recuperé, nuevamente me empuja hacia la pared. Voy a la cabina, seguían grabando Alfredo y Fredy. Empezamos a ver por la ventana de cabina cómo se desplomaban varios edificios, se veía el humo y el polvo. Alfredo nos estaba tranquilizando y creo que sí, que estábamos tranquilos.
Empezó a bajar la sensación de movimiento y al regresar a la oficina Fredy y Brian (el operador) me empiezan a señalar los edificios que se estaban desplomando. Nos salimos a ver a los vecinos para preguntarles si estaban bien mientras seguíamos observando construcciones que se caían. Fue en ese momento, al ver esas cosas cuando me espanté.
Eje Central estaba con muchísimos carros encontrados, muchas personas en la calle… salió una vecina del piso 20 y nos dijo “Bendita mi Torre, cómo nos protegió”.
‘ESTANDO EN EL PISO 20 HAY MUY POCO QUÉ HACER’
Ya habíamos acabado el programa, estaba enseñando a mi amiga las señas de operación. No sé porqué nos quedamos viendo hacia la ventana de la cabina y empezamos a platicar sobre qué edades teníamos cuando pasó el terremoto del 19 de septiembre de 1985 –ella nació ese año y yo tenía dos- y hablábamos sobre qué se sentiría un sismo de esa magnitud, cuenta José Alfredo Barrales.
Entonces yo le dije: “pues hasta que lo vivamos vamos a saber de qué se trata” y cuando terminé de decir esa frase ¡empecé a sentir el temblor!
Comenzó a vibrar una silla y de repente me llegó la idea: “¡ay, no manches! ya lo invoqué (al temblor)”, pero cuando veo que empieza a moverse la torre fue como si estuviera soñando y decir “me quiero despertar, ya la cagué” y no sé qué pasó pero lo primero que hice fue sacar mi teléfono y grabar.
La chica que estaba conmigo no puede caminar y pensé que se iba a poner mal, pero estaba muy tranquila. Entraron todos a la cabina y nos vimos. Estábamos todos juntos, nos volteábamos a ver con caras de extrañados, de espantados.
Seguí grabando pero yo confiaba en que la torre iba a aguantar porque siempre me ha encantado la arquitectura y sé un poco de estructuras y sabía que iba a aguantar, pero aún así tenía cierto temor. Cuando grabo a lo lejos y veo que se empiezan a caer los edificios ahí sí fue cuando me espanté y dije “yo creo que nos vamos a quedar aquí”. Fue cuando les dije a mis compañeros “si nos pasa algo, por lo menos nos va a pasar a todos juntos”
Mucha gente me ha criticado y me ha dicho: “¡oye! ¿cómo te pones a grabar durante el sismo?” y lo que les contesto es “mira, estando en el piso 20 hay muy poco qué hacer. O te avientas por la ventana o te caes en las escaleras y yo no me voy a morir en las escaleras. Si me voy a morir, lo voy a hacer en primera fila. Quiero ver de qué se trata”.
En ese momento dije “pase lo que tenga qué pasar, pues adelante”. La gente dice que tronaba la torre. Yo jamás lo escuché. Empezó a sonar la alarma y ya no supe, solo sé que fue mucho tiempo.
Cuando se calmó el temblor, llegaron las chicas del elevador con un silbato para bajar a la gente. Fui a ver del otro lado y, lamentablemente, la ciudad estaba toda llena de polvo de los edificios que estaban cayendo. Pensé “algo grande pasó”. Regresé a la cabina y sin pensarlo le dije a mi amiga que no puede caminar “te cargo”… ¡y la bajé 20 pisos! no sé cómo lo hice.
Hasta que estábamos abajo me di cuenta de lo que acababa de hacer. Cuando íbamos por las escaleras mucha gente se me quedaba viendo, pero yo no entendía lo que pasaba. Cuando llegamos a la calle fue cuando supe que había cargado a una persona en un descenso de 20 pisos.
Y, finalmente, con lo que yo me quiero quedar de ese 19 de septiembre es cómo nos extendimos las manos, cómo la gente te preguntaba “¿cómo estás?”, cómo todos estábamos al pendiente de todos y, al final, sí fue una experiencia bastante nutrida por todos los lados. Aprendimos mucho todos.
Yo lo que sentí es cuando empiezas a prepararte para morir, cuanto tu cuerpo se comienza a preparar para morir, cuando sabes que vas a recibir un impacto que sabes que algo te va a pasar. No lo podría describir de otra forma.
– Esta pregunta es totalmente morbosa: ¿qué se siente vivir un temblor en la Torre Latinoamericana?
– ¡Bien culero!